Elena Pisonero escribe: “El futuro es digital, humanista y se escribe en femenino”

Jul 20, 2020 | Noticias

Ethic.com publica un apasionante artículo de Elena Pisonero, Presidenta de Taldig y socia de IWF Spain, sobre cómo será el futuro no tan lejano que nos aguarda.

“El «sistema» que nos llevó a los máximos niveles de progreso y bienestar a nivel global a finales del siglo XX no nos permite gestionar un siglo XXI en el que aumentan las brechas y se agudizan los retos globales por falta de respuestas válidas. La pandemia del COVID-19 ha agudizado este desajuste. Aunque el virus golpee a todos, no lo hace de la misma manera, ya que partimos de situaciones desiguales, y las brechas van a ampliarse con el fuerte impacto económico derivado de la gestión de la crisis sanitaria. En estas semanas se han acelerado tendencias de las que veníamos hablando, lo que nos enfrenta ante la necesidad de acelerar en la mejora de la gobernanza de este mundo complejo, interdependiente y frágil. La primera lección de esta crisis es la necesidad de revisar nuestro mapa de riesgos como sociedad para repriorizar las políticas públicas en consecuencia, dando más peso a la prevención, algo que se aplica especialmente al cambio climático”, relata Elena.

Pisonero explica que “pretender proteger un modelo obsoleto y trabajos perfectamente sustituibles –no ya por otras personas en lugares distantes a consecuencia de la globalización, sino por máquinas– es un error. Cuanto antes pasemos de la negación y protección a las siguientes etapas del duelo, más capaces seremos de adaptarnos a la nueva realidad y, en la medida de lo posible, de anticiparnos a ella. Otros ya lo han hecho en el tablero mundial y no con las mismas reglas que rigen nuestra sociedad occidental, así que urge transformar para no hundirnos en la irrelevancia”.

Nuestra socia destaca que “existen dos ejes críticos para gestionar esta nueva realidad. En primer lugar, la capacitación en tecnología, que va más allá de la especialización STEM para abarcar toda una gama de manejo de nuevas herramientas que se incorporan en nuestro día a día. Sin embargo, también hay que poner el foco muy especialmente en aquellas capacidades y habilidades que tradicionalmente hemos calificado de blandas y que cobran hoy una especial relevancia: son las que nos permiten diferenciarnos de la inteligencia artificial. Hoy, las máquinas son ya capaces de sustituir actividades repetitivas, rutinarias y previsibles y no solo las mecánicas que precisan de fuerza bruta, sino también de aquellas de alto valor cognitivo. Para hacer frente a todo eso, necesitamos pensamiento crítico, improvisación, creatividad, pragmatismo y colaboración”.

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